Inauguramos una nueva colección de artículos en los que queremos acercaros los lenguajes pictóricos más importantes de la historia. En la aproximación a cualquiera de ellos es fundamental conocer el contexto histórico en el que se desarrollan para entender mejor cómo nacen y cuál es su interés o finalidad.
Nos parece interesante empezar esta serie con los movimientos que se generaron a principios del siglo XX. En esta ocasión, vamos a desgranar el Cubismo como una de las vanguardias europeas que sirvieron de inspiración para muchas otras que se desarrollarían posteriormente.
A principios del siglo XX, Europa vivía una época convulsa que fue desde la llamada Segunda Revolución Industrial, que supuso un enorme cambio tecnológico, económico y social, hasta la llegada de la 1ª Guerra Mundial en 1914. En estos años, se desarrolla la Teoría de la Relatividad de Einstein (1905), los estudios psicoanalíticos de Freud, el cine y la fotografía. Los artistas nos son ajenos a todos estos cambios y el nacimiento de las vanguardias surge como una ruptura con el pasado, con una necesidad de evolucionar también en los lenguajes artísticos. En este contexto nace el cubismo que estaría vigente de 1909 (1907 si tenemos en cuenta Las Señoritas de Avignon como primer referente) a 1914 en que se considera el final de esta etapa. Aun así, los artistas cubistas siguieron manteniendo las características típicas de ese lenguaje en sus obras después de esa fecha límite en la Historia del Arte para esta vanguardia.
Pablo Picasso. Las Señoritas de Avignon, 1907.
Nace en Francia y, aunque la fecha de eclosión, como hemos dicho antes, es 1909, se considera como punto de partida en el cubismo el año 1907 en que Picasso (1881-1973) pinta Las señoritas de Avignon. No podemos obviar la influencia del arte africano en las obras de Picasso de esta época y la importancia de este arte ancestral en el origen del cubismo. En ese momento, Francia estaba colonizando territorios africanos y muchos objetos de arte negro, sobre todo, mascaras llegaban a París. Estas piezas se convirtieron en objetos inspiradores para Picasso y muchos otros pintores de la época.
Aunque las obras posteriores cubistas no tienen mucho que ver, por sus características cromáticas o visuales con este cuadro, Las Señoritas de Avignon supone un antes y un después en la creación de las nuevas vanguardias y lo que sería el cubismo más puro. La utilización de planos, ángulos marcados y perspectivas imposibles indican una ruptura con la representación de la realidad establecida hasta entonces.
El Cubismo es un lenguaje pictórico que replantea las formas, el volumen, el espacio y la perspectiva dotando a las obras de un carácter psicológico en que el espectador reconstruye la imagen en su mente para comprenderla en su totalidad. Los volúmenes, las luces y las sombras se descomponen en planos que crean diferentes puntos de vista. No se puede decir que se trata de un lenguaje abstracto ya que los objetos y figuras están claramente representados y son, en la mayoría de las ocasiones, reconocibles. El espectador se convierte en el cubismo en el organizador de la obra es, por lo tanto, un lenguaje con una fuerte carga intelectual y racional. Seguramente, los descubrimientos psicoanalíticos de principios de siglo influyeron en la creación de este “arte mental”. Los colores utilizados en el cubismo tienen también ese componente psicológico ya que están llenos de azules, ocres, marrones, grises, verdes … pigmentos asociados al raciocinio según el psicoanálisis clásico.
Los temas más utilizados en el cubismo son las naturalezas muertas, bodegones, la figura humana y el retrato. Se dice que el término cubismo fue creado por el crítico de arte Louis Vauzcelles ya que las obras estaban formadas por cubos y figuras geométricas.
Los máximos exponentes del cubismo fueron Braque, Picasso, Juan Gris, Léger, María Blanchard o André Lothe.
André Lothe. Rugby, 1917
En el caso de Georges Braque (1882-1963), es considerado el padre del cubismo tal y como lo conocemos y estudiamos hoy. El análisis de su biografía artística nos muestra claramente el paso por las dos vertientes cubistas: el cubismo analítico (1909-1912) y el cubismo sintético (1912-1914). En el primero, las formas se descomponen y analizan hasta tal punto que son difíciles de reconocer por la enorme fragmentación geométrica a la que se someten, y los espectadores tenemos que hacer un esfuerzo para decodificar la información que se nos ofrece ante los ojos. Un ejemplo de ello es el cuadro Botella y pescados, pintado en 1909.
En el cubismo sintético, se incorporan a la obra elementos como trozos de periódicos, revistas, etiquetas, … creando collages con formas no tan geométricas como en la primera etapa. Comienzan a utilizarse con más asiduidad las curvas y se incorporan nuevos colores a la paleta. Un ejemplo de los collages cubistas de Braque es Bodegón con mesa de 1914.
En España destacan los artistas Juan Gris y María Blanchard. Aquí dejamos algunas de sus obras más significativas.
Juan Gris (1887-1927).
Retrato de Pablo Picasso, 1912
La ventana abierta, 1921
María Blanchard (1881-1932).
Botella y frutero sobre una mesa, 1917
El pianista, 1919
Esperamos que te haya gustado y tengas la curiosidad de investigar un poco más acerca de esta vanguardia tan fascinante e importante dentro de la pintura del siglo XX.
Y si te animas a probar esta forma de expresión te dejamos los enlaces Artemiranda de óleo y acrílico para desarrollar toda tu creatividad. ¿Qué elegirías cubismo analítico o sintético?.
En el próximo artículo de Historia del arte hablaremos del fauvismo.
Por Sonia García.
Enlaces de interés:
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Fundación Beyeler
Centro Pompidou
Imágenes: Historia-arte, Pinterest, Arteespaña, Museo Reina Sofía.
Artemiranda
Daniel - 4 years ago
Perfectamente explicado. En mi opinión el cubismo sigue vigente, hay muchos nuevos artistas que utilizan aun esta corriente artística, innovando y haciendo verdaderas obras de arte.
Un saludo y michas gracias