¿CUÁL ES EL MEJOR ÓLEO DEL MUNDO? Parte II

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Por: Daniel Miranda Melchor y Coque Bayón, Noviembre 2017.

En este segundo artículo sobre los mejores óleos del mundo, vamos a centrarnos en uno de los mejores y más honestos fabricantes de productos de Europa.

En Junio del 2017 ha visto la luz el nuevo MAIMERI PURO, un producto al que le sobran los adjetivos pues su nombre lo dice todo.

La casa Maimeri es un referente a nivel mundial en prestigio  y ética comercial. Pese a haber pasado momentos económicamente muy complicados, la familia Maimeri y todo su equipo siempre ha apostado por la calidad frente a la cantidad y esto con el paso de los años ha tenido su recompensa en forma de unión al grupo Fila lo que le permitirá mantener su filosofía: dar al cliente un producto mejor que el que está pagando, aunque el cliente en muchos casos no sea consciente de ello.

A lo largo de las siguientes líneas les contaremos parte de la apasionante historia de una fábrica que arrancó curiosamente un año después de la fundación de nuestra empresa y por la que siempre hemos sentido una gran admiración.

Para la ocasión el pintor Coque Bayón ha sometido a los distintos óleos Maimeri a varias pruebas comparando sus tres gamas, Puro, Artisti y Clássico.

1923-1925  El origen de la historia.

En el año 1923, en el molino de Barona a las afueras de Milán, nace una de las primeras fábricas de barnices y pinturas para artistas de Italia, se llamó Frateli Maimeri (Hermanos Maimeri).

F.M surge de la combinación de interés artístico y técnicas del pintor Gianni Maimeri (1884 – 1951) y el conocimiento químico de su hermano (Carlo Maimeri, 1886 – 1957).

1925-1936  de Hermanos Maimeri a  Hermanos Maimeri & Co

Dos años más tarde añaden a la directiva a Giovanni Ticozzi y al Barón Silvo a Prato y pasan a llamarse F.lli Maimeri S.A. Entre los años 1925 – 1929 la marca Maimeri Artisti comenzó a ser popular entre los artistas italianos gracias a dos factores, la gran calidad del producto y a la introducción de novedosas técnicas de marketing como el diseño de la mítica etiqueta con un tetraedro, que ha prevalecido como imagen de la marca desde que Gianni Maimeri la dibujara en los años veinte.

Durante los siguientes diez años, Maimeri amplió de una a cinco las series de su óleo Maimeri Artístico e introdujo en el mercado toda una completa gama de productos como témpera, acuarelas, pigmentos en polvo, esencias, barnices diluyentes, aceites, maletines, paletas…, convirtiéndose en pocos años en el buque insignia de las Bellas Artes italianas gracias a la combinación de variedad y calidad.

En 1936 la fábrica original se había quedado pequeña y buscando tener un acceso más sencillo a la carga y descarga de mercancías, trasladan la producción al canal de Carlesa en Milán, de cuyo diseño se había encargado Leonardo Da Vinci.

1939-1951 La II Guerra Mundial y sus consecuencias

El estallido de la guerra detuvo la producción en muchas fábricas de Europa bien por motivos de seguridad o simplemente por la carencia de energía para que las máquinas funcionaran. Esta circunstancia pasó a ser una de las mayores aliadas de Maimeri.

Los cortes de energía que asolaban Italia fueron suplidos por la energía de su propio molino, al que providencialmente se habían mudado 5 años antes.

La falta de suministro por parte de la competencia hizo que Maimeri aumentara sus ventas, a lo que se unió la introducción en el mercado de Maimeri Témpera Grassa, un producto realizado con productos sintéticos que emulaba la antigua témpera al huevo de los grandes maestros Italianos.

1952-1980 Leone «Il Magnífico»

Tras el fallecimiento del fundador, su hijo Leone entra a formar parte del accionariado de la compañía. El joven gerente no se incorporó solo, de su mano llegó Mario Agostoni, químico de primera línea, responsable en gran medida de los éxitos futuros de la empresa.

Durante la década de los cincuenta, Leone expandió la producción industrial a sectores como el de la publicidad, la  decoración, el diseño gráfico, o el hobby que estaban en pleno auge.

Durante los años 60 y 70, la fábrica fue un devenir de nuevos productos como las hasta entonces inexistentes pinturas acrílicas. El aumento de la demanda y las nuevas formas de producción hicieron que la fábrica del canal se quedara pequeña y en 1969 se volvieron a mudar a Bettolino.

1979 -1990  Modernidad, si pero sin abandonar el Tetraedro.

En 1979, un joven Amatore Marchesi se une al equipo de Maimeri, resultando de su trabajo, las claves y el acierto de muchos de los productos desarrollados por la fábrica en la década de los 80 y 90. Actualmente, Marchesi es el jefe de producción y de laboratorio.

Estas décadas trajeron a la industria nuevos modelos de diseño, poco a poco  la imagen de Maimeri se fue quedando obsoleta para los gustos de la sociedad actual, fue entonces cuando Leone apoyándose en la vanguardia gráfica de Pagliani comienza a actualizar la imagen de todos sus productos.

Una de las exigencias de Leone fue que el Tetraedro original se mantuviese y así ha sido hasta hoy. Actualmente, la fábrica está rediseñando y adaptando la imagen de sus productos a los tiempos que corren, manteniendo que el Tetraedro está más vigente que nunca en esta nueva singladura del fabricante italiano tal y como puede verse en la serie que inspira este artículo.

1990- 2014

Durante los años 90, Gianni Maimeri Jr., ha tenido las responsabilidad de exportar al mundo la marca y la filosofía que su abuelo inició en 1923: Alta calidad Made in Italy mezclada con la tradición familiar y el conocimiento atesorado durante casi 100 años.

Desde el año 1996, la fundación Maimeri fomenta el desarrollo de estudios científicos sobre la historia del color y la empresa y lleva a cabo una importantísima labor en la promoción de jóvenes artistas.

2014 – Hoy

En el año 2014, Maimeri se une al fabricante de material escolar FILA que comercializa entre otras muchas marcas Giotto o la pasta Das.

Maimeri fue el segundo paso del CEO de Fila, Massimo Candela, para transformar una empresa vinculada exclusivamente al sector escolar y papelero, en el líder mundial en el mercado de la creatividad artística.

En 2008, Fila adquirió la fábrica de lapiceros y grafitos artísticos Lyra que gozaba de gran popularidad en Alemania y en el 2016 incorporaron las empresas británicas Daler Rowney, St Cuthberts Mill y la francesa Canson, convirtiéndose así en uno de los referentes del mundo de las Bellas Artes a nivel global en tan solo 3 años.

Desde 2016, un ser humano puede desarrollar toda su vida artística usando siempre productos del Grupo Fila.

ÓLEOS MAIMERI:

La principal virtud como marca es que  todos los óleos están realizados con los mismos pigmentos y aceite por lo que la gama cromática es la misma  y al secar, el acabado es muy similar en todos ellos facilitando al artista poder fondear con una gama más económica y continuar con otra de mejor calidad, sin tener que estar corrigiendo colores, acción que todo artista prefiere evitar.

Maimeri Classico Oleo Extrafino:

Es el más económico pero posiblemente uno de los óleos más baratos del mundo, debido a la desproporción entre el precio y el producto que atesora en su interior.

Algunas de las características que alberga son:

• Pigmentos extrafinos modernos y artesanales seguros y estables.
• Ausencia de ceras y aditivos de baja calidad que desvirtúan el color al secar.
• Tiempo de secado equilibrado.
• Textura cremosa que hacen que sea fácil trabajar con él.
• Pigmentos cadmios auténticos en concentraciones que varían entre el 20 y el 25%.
• De los 77 colores 73 tienen máxima resistencia a la luz.
• Disponible en tubos de 20ml, 60ml, y 200ml, este último de boca ancha y el blanco en bote de 500 ml.

Maimeri Artisti Óleo Extrafino Tradicional:

Artisti es la gama de colores que ha trasladado fielmente hasta nuestros días la fórmula original creada hace casi un siglo por Gianni Maimeri.

102 Colores arrancados de la tradición de los gremios de San Lucas.

Artisti nos permite recuperar tonalidades históricas o las  mezclas casi inalcanzables de los grandes maestros romanos, florentinos y venecianos para una ejecución fina y de calidad.

 Las diferencias con Clássico radican en una mayor gama de colores, una molienda más fina y una concentración mucho más alta de pigmento, que lo sitúan entre los mejores óleos a nivel mundial.

 Si a sus 17 tonos naturales de tierras, 5 tonos de blancos, 3 amarillos de cromo, le añadimos máxima resistencia en todos los colores, la ausencia de sustancias consideradas nocivas y un precio por mililitro hasta un 30% inferior al de algunos de sus competidores tenemos una opción muy interesante para el pintor que exige un producto de altísima calidad a un buen precio muy ajustado.

Nuevo Maimeri Puro:

Según la RAE Puro significa: «Libre y exento de toda mezcla de otra cosa.»

Así es este óleo que acaba de ser reformulado en su integridad para crear lo que aspira a ser el mejor óleo del mundo.

83 colores sinceros y sin trampa ni cartón, solo pigmento + aceite de cártamo, sin cargas que puedan deteriorarlo, salvo la cantidad mínima de aditivos necesaria para mejorar sus propiedades reológicas (fluidez), pues de no incluirlos habría colores que no saldrían del tubo.

Todo en Puro ha sido medido y controlado hasta el extremo, como detalle aparentemente baladí pero de gran importancia y único en los óleos que yo conozco, la etiqueta de cada tubo tiene una virola de lienzo pintada con el color del tubo, para que tengamos en todo momento consciencia del tono que estamos comprando y cómo quedará aplicado sobre una tela.

En mi humilde opinión, y por poner una pega a este producto, diré que echo de menos  una gama en tamaños grandes pues de momento sólo está disponible en 40ml pero que rinden una barbaridad.

Entrevista con Coque Bayón

Nos gustaría pasar de las musas al teatro, pero como nosotros nos pintamos, hemos pedido al pintor Coque Bayón conocido por su bagaje y conocimiento de los más diversos materiales para la técnica del óleo.

 Esto es lo que nos ha contado:

 “Un soneto me manda hacer Violante, en mi vida me he visto en tal aprieto…” así que cuando Dani me pidió que le probase los Maimeri, acampamos en la parte más técnica de la pintura para sacar unas cuantas conclusiones.

No es que sea yo talibán de ninguna marca, compro lo que me gusta y después de probarlo y de estudios cada vez más rigurosos (probablemente cosas de la edad) me decanto por una marca u otra. Pero bien es cierto que intentamos que la mayoría de colores sean del mismo fabricante para que funcione todo parecido (intensidad, disolución, viscosidad, etc.).

Empecemos por el principio: la gama baja (Classico) no es baja, es media, eso sí, con una relación calidad/precio que llama la atención. En los precios no me meto, eso son cosas de los señores de Maimeri pero en los asuntos de calidad sí que me veo en la posición de decir algo.

Por esa misma relación calidad/precio, cuando pintamos cuadros de gran formato, solemos utilizar esas gamas “bajas” para elaborar las primeras manchas, conscientes de que no hay nada definitivo aún. En la mayoría de los casos esto no supone ningún problema pero sí que hay ciertas excepciones que nos “complican” la vida.

Para hacerme entender mejor voy a usar un ejemplo: PR108, también conocido como rojo de Cadmio. La principal característica de este pigmento no es que sea un rojo muy intenso… es que es prácticamente el único rojo de esa gama completamente opaco. En mi paleta es imprescindible y siempre he tenido el “problema” de no encontrarlo en gamas “bajas” o de encontrarlo en unas “condiciones muy malas”. La mayoría de marcas han intentado solucionar esto de dos maneras diferentes: o bajando la concentración de pigmento a registros prácticamente testimoniales o sustituyéndolo por un “Rojo de Cadmio (tono)”.

En el primero de los casos tienen que suplir la falta de pigmento con aditivos y “relleno” que provoca que a lo largo del secado o de las mezclas, el color cambie hasta “ni parecerse”. En el segundo lo que suele pasar es que sustituyen el pigmento por otro más barato que se parece en el color pero que está muuuuuuuuy lejos de ser opaco.

La elección suele ser un Pirrol, como el PR255, muy intenso; pero semitransparente o lo que es peor, una fórmula poli pigmentaria que invita a santiguarse antes de usarlo…

Bien, Maimeri Clasico lo proporciona, con una concentración mono pigmentaria del 20-25%, con poco o ningún aditivo, a un precio de un serie 2. A mí no me salen las cuentas, pero no seré yo quien se lo diga… La principal ventaja de este aspecto es que no tengo que cambiar ni esperar cambios en el color independientemente de la gama, ya en las primeras manchas va a ser “lo que yo quiera”, sin sorpresas. Esto es un ahorro de dinero, pero sobre todo, y más importante, de tiempo. No voy a tener que hacer que hacer el trabajo dos veces, primero para  “decir” que esto va a ser rojo y luego, con una gama más alta, decir que va a ser “de este rojo”.

Siguiendo con la desproporción calidad/precio, la gama “media”, la Artisti, con una concentración de pigmento igual o mayor que las mejores marcas, no hace más que mejorar ostensiblemente los aspectos técnicos de la gama anterior.

Y ya, la joya de la corona, la gama alta, Maimeri Puro, con una concentración pigmentaria del 40-45%, puede ser ahora mismo, de largo, el mejor óleo que podemos encontrar. Pigmento y aceite… y punto. Es cierto que en algunos colores hay que añadir una cantidad imperceptible de aditivo, de lo contrario seríamos incapaces de sacarlo del tubo. Igualmente cierto es que el precio es alto, pero debemos empezar a diferenciar lo que es “caro” y lo que es “costoso”, así a botepronto, comparto unas ventajas:

Necesitamos tan solo emplear una fracción de la cantidad necesaria con otras marcas. La intensidad es tal y el poder de tinción tan alto, que con muy poca cantidad cubrimos áreas muy grandes sin perder el color que buscamos, con el consiguiente ahorro de tiempo y material. Si trabajamos por sesiones ya no es necesario el “refresh” al recomenzar, al no haber aditivos el color no cambia con el secado, así lo dejamos, así lo encontramos.

Se acabó el hacer mezclas “rezando” para que se parezcan a las que teníamos, nunca había visto la teoría y la práctica tan cercanas, pasa lo que tiene que pasar, sin sustos, sin imprevistos, los colores no desaparecen, ni se transforman, ni se comen a otros colores ni, lo más peligroso, reaccionan mal con sus compañeros de reparto.

Esta alta concentración de pigmento nos brinda otras posibilidades de ejecución hasta ahora complicadas como trabajar con pinceles sintéticos, con muy poca carga, con la pintura muy diluida sin perder intensidad, un uso intensivo de los colores transparentes, distintas superficies, etc.

Para terminar, decir que la gama de colores es lo suficientemente amplia y variada como para acompañar nuestras elecciones, nuestros “fijos” con otras combinaciones que producen una paleta rica y variada.

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